El dilema by José Luis Rodríguez Zapatero

autor:José Luis Rodríguez Zapatero [Rodríguez Zapatero, José Luis]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Crónica, Memorias
editor: ePubLibre
publicado: 2013-01-01T05:00:00+00:00

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AGOSTO DE 2011. EL BCE. LA REFORMA DE LA CONSTITUCIÓN

LA SITUACIÓN PREVIA: EL PROCESO DE REFORMAS

En mayo de 2010, tras el estallido de la crisis griega, comienza la presión sobre las deudas soberanas de varios países de la zona euro. Desde esa fecha hasta finales de junio de 2011, la prima de riesgo de España se comportó con una cierta estabilidad. El 30 de mayo de 2010 la prima era de 198 puntos básicos, y el 3 de junio de 2011, de 217.

Vivimos, sí, el sobresalto del mes de noviembre de 2010 coincidiendo con el rescate de Irlanda, que elevó el diferencial con el bono alemán hasta los 283 puntos básicos, pero con carácter general puede decirse que, durante más de un año, pudimos financiar, a un coste elevado pero asumible, las necesidades del país. Pudimos hacerlo a pesar de las amenazas y de los malos augurios que se cernían sobre nosotros, especialmente a raíz de que otros países, como Irlanda y Portugal, tuvieran que acudir al rescate. Aunque con dificultades, en ambos casos logramos sortear el terrible efecto contagio.

De hecho, la barrera psicológica que teóricamente nos situaba ante un riesgo inminente de intervención estaba entre los cuatrocientos y los quinientos puntos (aunque la realidad posterior vino a demostrar el error de este vaticinio, ya que a mediados de 2012 nuestra prima de riesgo llegaría a superar los seiscientos puntos).

Esa relativa estabilidad de la prima de riesgo se mantenía en un horizonte de cierta recuperación económica, que los indicadores parecían ir mostrando a partir del primer trimestre de 2010, después del fuerte impacto recesivo de 2009, ya que, tal como hemos recordado, tuvimos varios trimestres de crecimiento positivo.

Incluso el paro se contuvo durante 2010 y, en cierta medida, también hasta el segundo trimestre de 2011, después de un nefasto 2009 en el que la tasa de paro había subido del 13,9 al 18,8 por ciento. Así, en el primer trimestre de 2010 la tasa de paro se situaba en el 20,1 por ciento y en el segundo trimestre de 2011 permanecía en un nivel similar, el 20,9 por ciento. Era, sin duda, un dato muy malo, una alta tasa de paro, pero que no se había incrementado prácticamente en seis trimestres consecutivos.

Asimismo, nuestro principal desequilibrio macroeconómico, el déficit exterior —o, lo que es lo mismo, la necesidad de financiación de la economía con ahorro externo—, que había alcanzado la cifra del 9,6 por ciento del PIB en 2008, empezaba a corregirse. 2010 se cerró en el 4,5 por ciento.

Las exportaciones crecieron en 2010 un 11,7 por ciento y en 2011 un 7,6 por ciento. Eran datos alentadores que se reconocían como tales, que abrían la posibilidad de un crecimiento más equilibrado y que generaban la expectativa de corregir el desequilibrio de nuestra balanza por cuenta corriente, condición necesaria para frenar y reducir el endeudamiento de la economía española, y en particular el endeudamiento neto. Éste era el dato esencial en que se centraban los análisis sobre el hecho diferencial de

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